El miedo programado: "Mejor no hablar de ciertas cosas"

En 1913 un lector envió una carta a la redacción del periódico BROOKLYN EAGLE, esta decía "Cuando uno sale de su sociedad debido a la iluminación, el Sr. Russell aconseja a sus seguidores a rechazar tal persona y aconseja nunca leer nada que emane de cualquier otra fuente, solo de su pluma".
Varias décadas después nada ha cambiado.

En estos últimos años hemos podido comprobar como la organización cierra filas contra los que se "erigen" como disidentes y con los posibles apóstatas.

La Atalaya del 15 de noviembre de 2013 va mas allá aconsejando evitar a cualquier hermano que tratara de envolvernos en asuntos que la biblia no explica o peor aún que hace alguna critica en contra la organización.
¿Que hay si un familiar cuestiona la manera de actuar de la organización? El consejo es el mismo "Así pues, evitemos por completo a los apóstatas y a quienes, afirmando ser cristianos, deshonran a Dios, aunque sean miembros de nuestra familia" (w12 15/5 26). En el vinculo privado de la familia tampoco estaría bien escuchar argumentos contrarios a los que da el "esclavo".

Esto ha provocado un miedo colectivo. Nadie quiere pronunciarse en contra de la organización para no ser catalogado como un apóstata.
Lo mismo ocurre entre familias, muchos prefieren no oír a quién intenta demostrar que cierta doctrina no cuenta con el apoyo bíblico o histórico.
Ahora bien, la organización pide obediencia absoluta ¿es esto justo? ¿no se pide a la gente de otras religiones que cuestionen sus doctrinas para saber si están en la "verdad"? y si usted ha crecido dentro de la organización ¿no sería equitativo examinar cuidadosamente la religión que hemos heredado?.

En 1983 la sociedad Watchtower publicó el folleto "Sumisión". En el apartado "Necesario buscar la verdad" leemos:

"Ahora alguien quizá diga: ‘Pero yo tengo una religión. Pertenezco a la misma religión de mis padres y mis abuelos. ¿Cómo puede ser malo eso?. Pero ¿merecemos nosotros honra o crédito por pertenecer a una religión que recibimos de nuestros padres, si jamás nos hemos esforzado por investigar si esa religión está en lo correcto o está equivocada?".

Si bien el folleto va dirigido a personas de otras religiones, vale la pena aplicar este consejo con nosotros mismos. El folleto sigue:

El hombre que verdaderamente se rinde a Dios es uno que examina cuidadosamente todos los aspectos de la religión dentro de la cual ha nacido. Si halla que ésta es verdadera, permanece con ella. Pero si halla que ésta es falsa, sale a buscar la religión verdadera.

Para llegar a esa conclusión hay que dar un paso importante, cuestionar. Pero si cada líder de cada religión prohibiera hacer tal cosa, entonces habría que saltar ciertas normas para poder en todo caso agradar a Dios.

Entonces tendríamos que sopesar a quien obedecer. Lo mismo ocurre con la sociedad Watchtower, si bien aconseja no tener un pensamiento independiente, no cuestionar las directrices del "esclavo" y no murmurar en su contra, la persona piadosa debería tener una posibilidad de examinar donde está parado sin miedo a represalias. El folleto sigue:

A algunas personas se les hace difícil razonar sobre religión. Están firmemente convencidas de que la religión de ellas es la correcta y de que no hay por qué considerar más el asunto. En esto, pudiéramos parecernos un poco al apoyador fanático de cierto equipo deportivo. Como usted sabe, cuando el fanático deportivo ve a su propio equipo jugando con otro, apoya al suyo, sin importar lo malamente que ese equipo juegue. Si los opositores ganan, quizá diga que éstos hicieron trampa, o que el árbitro los favorecía, o que otra cosa sucedió. 

Es cierto que la organización implanta un grado de fanatismo en sus adeptos. El Testigo tiende a defender la organización cuando ve que es atacada, aunque los ataques sean justificados.

Aunque reconocen que la organización no es perfecta, prefieren ignorar sus errores o por el contrario justificar sus fallos. El folleto sigue:

Por eso, el sabio examina las cosas que ha recibido de sus padres, incluso su religión. Retiene las cosas buenas y rechaza las que no lo son. Esto es esencial para que él halle la verdad acerca de la religión.

Supongamos que alguien toma en consideración este consejo y plantea ciertas cuestiones (contrarias) de la organización a sus padres. Como se ha dicho antes, ¿cuantos padres verán a este hijo como alguien que tiene ideas apóstatas? ¿cuantos padres querrán saber de donde sacó esas ideas malsanas?.

La organización considera que es posible que alguien se plantee si esto es la "verdad" por eso se ha encargado de dar una respuesta anticipada.

Muchos tienen miedo a cruzar
el muro que les permite
examinar o cuestionar su religión.

La Atalaya del 15 de abril de 2011 página 4 dice "¿Cómo podemos estar seguros de que hemos logrado
identificar al esclavo, o mayordomo, fiel?.
Para empezar, el grupo de cristianos ungidos es fiel. Siempre ha sido leal a Jehová, a Jesús, al pueblo de Dios y a la Biblia. Además, distribuye obedientemente alimento espiritual saludable y nutritivo “a su debido tiempo”. Está claro que cuenta con la bendición divina. ¿Cómo lo sabemos? Para empezar, porque Jehová está haciendo crecer a la congregación. Además, porque brinda a su pueblo la sabiduría que necesita para tomar decisiones importantes y una comprensión cada vez más clara de las verdades bíblicas. Y también porque impide que sus enemigos lo destruyan y lo colma de paz y tranquilidad".

La organización da tres razones para ser considerada como la religión verdadera: Es fiel, distribuye alimento (publicaciones) y cuenta con la bendición de Dios.
Si se aplicara este mismo razonamiento a otra religión francamente dudaríamos de tan paupérrima evidencia.

¿Por que tanto miedo?

La organización ha sabido encadenar ciertas cuestiones para evitar a los "criticones" y a los que le quieran seguir: Ofender a la organización es ofender a Dios, lo que le llevará a perder el favor de Dios y perecer en Armagedón. No es raro entonces que muchos prefieran "no hablar de ciertas cosas".
Este miedo programado ha hecho que muchos busquen respuestas en secreto, visitando sitios "prohibidos" o leyendo material "cuestionable".

Esta situación nos recuerda a lo que menciona Juan 7:13; 12:42 donde leemos el caso de ciertas personas que no hablaban sobre Jesús en público “por temor a los judíos”. Los líderes religiosos de aquella época amenazaban con expulsar de la sinagoga a todo el que ejerciera fe en Cristo.

Vemos que imponer el miedo sobre un grupo para ejercer el control no es nada nuevo. Esto no va a cambiar.

Por eso medite, si nadie se hubiese atrevido a cuestionar a los lideres judíos ¿hoy existiría el Cristianismo?. 

Por lo tanto si usted no se atreve a examinar cuidadosamente su fe, nunca sabrá si es la correcta.