Se dedicaron muchos artículos en las revistas Atalaya y ¡Despertad! desaconsejando esta práctica, a la vez que se mostraba los peligros de llevarlas a cabo.
La Atalaya del 15 de abril de 1968 dijo: "Sin embargo, al permitirle Jehová Dios al hombre que comiera carne de animales no le concedió permiso para que el hombre tratara de perpetuar su vida por medio de introducir en canibalismo en sus cuerpos carne humana, ya fuera masticada o en forma de órganos enteros o partes del cuerpo de otras personas".
El siguiente artículo muestra de forma cronológica el vaivén que sufrió esta enseñanza.